Creo que somos demasiado duros con nosotros mismos y por lo mismo, nos convertimos en nuestro propio freno.Los límites nos los ponemos nosotros.
Cuando de amor se trata, todos tenemos inseguridades, todos hemos sido lastimados y hemos lastimado también, pero ha sido parte de nuestro aprendizaje, de ir puliendo el corazón y de tener más claro quienes somos y lo que queremos. Nos creamos tantas historias… Me gusta mucho una frase que dice:“He vivido tantas historias en mi vida… pero muy pocas han sucedido”
Nos creamos historias, ideas, conflictos y los volvemos nuestros puntos en contra para lograr el amor de alguien, cuando ese alguien ni enterado estaba o jamás vería esos puntos como inconvenientes.
¿Será que nos hemos perdido lo más rico y espontáneo de la vida por andar creyendo cosas que no son? Y en el caso de que lo fueran, ¿de verdad te interesaría una persona que no pudiera ver más adentro de ti, que te viera sólo como esa figura frágil y pensara que por lo mismo, vales poco? ¡Que absurdo! ¿No crees? ¿Para qué querríamos estar con alguien así?
Qué fácil y lógico suena todo esto cuando se dice pero qué difícil resulta vivirlo, comprenderlo y aplicarlo.
Lo que tenemos que hacer es apapacharnos, querernos tal y como somos, sentirnos seguros de lo que llevamos dentro y eso se convertirá en nuestro mayor encanto. Eso es lo que genera el brillo más especial en nosotros. Los días es que amanecemos de buen humor, confiados y tranquilos, hasta nos vemos guapos. Esos días toda la gente nos voltea a ver. ¿Se han dado cuenta?
“Lo más importante no es lo que sucede sino cómo lo enfrentamos, con qué actitud caminamos por la vida y qué cachondeo traemos en la mirada”.






